Todos somos consumidores, no importa nuestra edad, ocupación o poder adquisitivo. Cada día, desde que nacemos hasta que morimos, consumimos en alimentación, transporte, ropa, educación, salud y esparcimiento, sin embargo, es necesario preguntarnos si nuestras decisiones de consumo son inteligentes.

El consumo inteligente es la capacidad en la toma de decisiones –grandes o pequeñas– cada vez que elegimos un producto, un servicio, una idea o un valor, atendiendo a nuestras necesidades personales, biológicas, psicológicas, espirituales, familiares y comunitarias. ¿Cómo tomar decisiones inteligentes de consumo? Aquí te presentamos los elementos indispensables que debes considerar.

  1. Consumo consciente

Todos, en cada momento, somos consumidores, y como tales damos rumbo al mercado y a la economía de nuestro país con nuestras decisiones. Un consumidor que es consciente de su poder, de sus derechos y obligaciones, que sabe lo que necesita, lo exige y asume las consecuencias de su modo de consumir, es consumidor inteligente.

  1. Consumo informado

Somos libres de elegir lo que queremos consumir, pero para poder decidir entre la infinidad de opciones que ofrece el mercado es indispensable informarse. Un consumidor que compara calidad y precio, piensa en invertir antes que en gastar, valorando qué tato sus elecciones de consumo satisfacen sus necesidades reales y los beneficios que traerán a su vida, a su familia y a su comunidad, es un consumidor inteligente.

  1. Consumo crítico

Un consumidor que es crítico ante la publicidad y la moda, se valora a sí mismo y a los demás por lo que son y no por lo que tienen, que elige y conserva lo que necesita y le gusta, es un consumidor inteligente.

  1. Consumo saludable

Los avances médicos, científicos y tecnológicos nos dan acceso a productos y servicios que han aumentado la expectativa de vida, sin embargo, muchos de estos avances también han propiciado una vida sedentaria, de excesos y hábitos poco saludables. Un consumidor que lleva una alimentación balanceada, hace ejercicio, duerme bien, modera su consumo de alcohol, no se automedica y evita fumar, es un consumidor inteligente.

  1. Consumo sustentable

Durante décadas hemos explotado, desperdiciado y contaminado los recursos de nuestro planeta sin restricciones, comprometiendo el desarrollo y la vida de las futuras generaciones. Un consumidor que reduce los efectos de su consumo en el ambiente, al elegir sus productos ecológicos, ahorrar energía y agua, separar la basura, caminar en vez de usar el auto y aprovechar los productos antes de tirarlos, es un consumidor inteligente.

  1. Consumo solidario

Algunas personas –muy pocas en el mundo– tienen recursos para comprar casi cualquier cosa, mientras la gran mayoría apenas puede consumir lo imprescindible para sobrevivir. Un consumidor que considera los efectos de su consumo en los demás y prefiere productos artesanales o de proveedores socialmente responsables, con políticas laborales justas y procesos de producción limpios, es un consumidor inteligente.

  1. Consumo activo

Conocer nuestros derechos y tomar decisiones de consumo consciente y responsable nos hace más fuertes, pero si nos organizamos con otros consumidores para alcanzar objetivos comunes podemos multiplicar este poder. Un consumidor que suma su fuerza a la de otros y se organiza con ellos para defender sus derechos, exigir calidad y hacer alianza con Profeco y otras instituciones para lograr relaciones de consumo más equitativas, es un consumidor inteligente.

*Referencia: Economía Gob.