Los deudores son aquellas personas, empresas o clientes obligados legalmente a finalizar una deuda. Así, un deudor adquiere bienes o servicios de un tercero, creando un crédito que debe pagar: puede ser dinero, la prestación de un servicio o la entrega de una cosa.

 

Se debe partir del hecho que no todos los deudores son iguales. Por ello lo primero que se debe hacer es recopilar información sobre cada deudor en materia de solvencia, liquidez, historial de pagos, endeudamiento, etc. 

 

Veamos cuáles son lo diferentes tipos:

 

  • El deudor fortuito. Quiere pagar pero no puede. Son sujetos que carecen de liquidez suficiente para realizar el abono de la deuda, pero tienen buena voluntad y es indudable que si dispusiesen de recursos económicos lo harían. Este tipo de deudores finalmente pagan la deuda cuando se llega a un acuerdo con ellos, y se les conceden facilidades y plazos de tiempo razonables.
  • Deudores con una mala organización administrativa. Es decir desorganizados, que no saben lo que tienen que pagar. Este tipo de deudores no tienen mala voluntad pero su administración es un caos y desconocen las deudas contraídas.
  • Los deudores negligentes. Son aquellos que no se preocupan por la buena organización y gestión de su empresa, y prefieren ocupar su tiempo en otras actividades más lúdicas. Conocen la existencia de la deuda y son conscientes de ella, pero no se preocupan del pago.
  • Deudores circunstanciales. Tienen capacidad para pagar, pero están pendientes de la solución de algún litigio. Cuando se ha producido una incidencia negativa en la recepción de la mercancía o prestación del servicio, este tipo de deudor bloquea el pago, hasta que no se resuelva el problema. Al tratarse de un deudor de buena fe pagará la deuda, si el proveedor resuelve el incidente negativo que provocó la falta de pago.
  • Deudores intencionales. Estas son personas que no pagan porque no quieren. Son los denominados “deudores de mala fe” que pretenden ganar tiempo y beneficios financieros a costa del proveedor. Dentro de este grupo podemos distinguir los que finalmente acaban pagando la deuda y el deudor profesional, que no paga nunca, salvo que se lleve el asunto a en materia legal.

 

*Fuente: icired, Conexión Esán.