Hace unos días tuve una videollamada con varias de mis amigas para ponernos al tanto sobre cómo nos había ido en las pasadas “fiestas” decembrinas. ¡Mi sorpresa fue al escuchar que al menos 3 de ellas habían sido víctimas del skimming! Y es que desafortunadamente diciembre y enero son meses en las que los clonadores de tarjetas están más activos que nunca.
Hoy quiero platicarles un poco más sobre este tema, ya que cualquiera de nosotros puede ser víctima del skimming y más en este mes en el que a la mayoría nos hace falta dinero.
Skimming es el nombre que se da en inglés a la técnica del robo de información proveniente de tarjetas de débito y/o crédito, con la finalidad de clonarlas para su posterior uso fraudulento en compras digitales o retiro de dinero.
La herramienta principal que utilizan para realizar la estafa son los ‘skimmers’, dispositivos pequeños que utilizan la tecnología usada por los cajeros automáticos para leer la banda magnética de las tarjetas. El mecanismo consiste en alterar los cajeros automáticos, a los que agregan una boquilla falsa en la ranura donde se inserta la tarjeta, e instalan una cámara superior que graba el código PIN que ingresa el usuario.
El ‘skimmer’ de bolsillo también permite hacer la clonación de las tarjetas en otros espacios. Se trata de un pequeño dispositivo difícil de detectar en aquellos que realizan hábiles movimientos de mano y juegos de despiste. Esta técnica es habitual en los restaurantes o en comercios donde se entrega la tarjeta y el Documento Nacional de Identidad (DNI). El lector recoge los datos de la tarjeta y los envía a una computadora que, mediante un software especializado, da acceso a los siguientes datos: nombre y apellidos del titular, número de la tarjeta, fecha de expiración y número de seguridad (CVV). La obtención de estos datos permite realizar compras ‘online’ o finalizar el clonado. Para este último paso cuentan con un codificador de tarjetas que reescribe la información del ordenador en tarjetas en blanco.
Ok. Ya quedó claro de qué se trata, ahora lo que necesitamos saber es qué podemos hacer para no caer en este tipo de estafa. Para esto, la CONDUSEF recomienda lo siguiente:
– Al utilizar un cajero, revisa que la ranura en la que insertas tu tarjeta no tenga algún objeto sospechoso. También revisa la abertura por la que sale el dinero. En caso de que notes algo extraño, no utilices esa terminal, y denuncia los hechos.
– A la hora de realizar alguna operación en el cajero, evita pedir ayuda a personas que no conozcas.
– Si eres una persona adulta mayor y no estás acostumbrada a utilizar el cajero, pídele a alguien de tu confianza que te acompañe.
– Cuando acudas a comercios como restaurantes, tiendas y gasolineras, exige que los cargos a tu tarjeta los hagan frente a ti, con terminales móviles. Esto ayudará a reducir el riesgo de que clonen tu tarjeta colocando otro plástico arriba del lector de la terminal.
– Observa que las terminales no tengan algún aparato añadido.
Sé muy bien que el skimming no va a terminar, pero estoy segura que cuanto más conozcamos sobre cómo opera la delincuencia más fácil es combatirla.
Ana Ceci
*Fuente: Condusef, BBVA.