El acceso de un paciente a la atención médica por COVID19 es cada día más difícil en el sector público, y en el privado los costos son inaccesibles.

La inevitable saturación en clínicas públicas obliga a la población a buscar inalcanzables opciones en hospitales privados que obliga a familias a vender sus propiedades y endeudarse.

El costo de enfermarse de COVID implica desde una prueba para confirmar que estás contagiado, hasta el gasto que se debe hacer si no se cuenta con un seguro. Para una persona que no cuenta con este último, es más difícil. Veamos los rangos de precios.

En cuanto a los costos por las pruebas para detectar el virus se apunta que, en promedio, en sitios privados oscilan los $3,100.00. En algunos lugares como Salud Digna, las pruebas tienen un costo aprox. de $1,300.00; y en contraparte, en lugares privados como Médica Sur puede llegar a costar más de $7,000 el estudio básico de COVID.

El costo promedio que la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) estima para el tratamiento de estos pacientes es de 435 mil pesos con seguro de gastos médicos mayores, y de 222 mil pesos en los casos con seguro de vida.

Para las personas que trabajan y no cuentan con algún tipo de seguro, este tratamiento sencillamente es impagable pues según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) el costo aproximado por paciente internado en un hospital privado es de $410,000.00.

En general, solo 0,4 personas de cada mil en México se hacen la prueba del virus, lejos de la proporción más baja entre las decenas de naciones de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que promedian unas 23 pruebas por cada mil personas.

Lamentablemente, de acuerdo con cifras de INEGI, sólo entre 5 y 10% de la población cuenta con dinero suficiente para hacer frente a una enfermedad o accidente grave.

*Fuente: UNAM, “Los costos sociales por la pandemia del COVID-19”; INEGI; AMIS.