Poco a poco regresamos a la “normalidad” que conocemos, en algunas ciudades ha comenzado el regreso a clases, a nuestros trabajos y a la rutina fuera de casa que vivíamos antes de la pandemia por COVID-19, pero ¿estamos preparados para despedirnos del home office?

A pesar de que esta transición al esquema de home office se dio más por reacción que por acción, la adaptación para los colaboradores y las empresas fue en general, exitosa: para 85% de las empresas entrevistadas por KPGM sobre los Retos del teletrabajo en México, la modalidad de home office ha conservado o incrementado la productividad cifra que se eleva a 91% por parte del talento entrevistado. Entonces ¿por qué despedirnos del home office? ¿Por qué las empresas quieren regresar a sus colaboradores a la oficina de tiempo completo?

La productividad es otro de los retos que hace temblar a las empresas cuando se trata de adoptar esta nueva modalidad de trabajo y muchas veces el reto no viene de la organización en sí, sino del estilo de liderazgo que enfoca el rendimiento laboral en las horas trabajadas y no en los resultados. Los principales retos de este obsoleto estilo de liderazgo tienen que ver con la comunicación y supervisión, el respeto del derecho a la desconexión y la determinación de horarios laborales.

Para las empresas la adopción del trabajo remoto ha representado un cambio incluso en su estructura financiera, ahora es necesario renovar los equipos de cómputo con regularidad para asegurarnos de que los colaboradores cuenten con herramientas eficientes para desempeñar sus tareas.

Esta importante decisión dependerá de tus responsabilidades y tareas, por ejemplo, para un doctor o doctora es sumamente relevante contar con el material de su consultorio médico para dar un diagnóstico más certero, en el caso de una asesora financiera y profesora a distancia como yo, he logrado adaptarme a esta nueva modalidad de trabajo que además me ha abierto puertas para trabajar en zonas geográficas que jamás hubiera imaginado.

Continuar o no en el esquema de home office dependerá de muchos factores; en primer lugar, de tu libertad para tomar la decisión, si es mandatorio siempre puedes proponer un análisis del costo – beneficio a tu empleador para “venderle” la idea de continuar en home office, recuerda que cualquier persona debería desarrollar la habilidad de vender. Contar con una buena conexión a internet y las herramientas tecnológicas adecuadas viene después, finalmente tus resultados y tu eficiencia dependen en gran medida de este factor. De forma personal, la autodisciplina juega un papel determinante para decidir si te desempeñas mejor en casa o en oficina, tener la libertad de trabajar desde cualquier lugar del mundo conlleva, a su vez, una enorme responsabilidad de autogestión.

*Fuente: Querido dinero.