Las personalidades financieras indican las reacciones que una persona tiene frente al manejo de sus finanzas. Conocerlas nos ayuda a identificar las dificultades relacionadas con la administración del dinero que pueden presentarse para encontrar soluciones apropiadas a los problemas que tenemos con nuestra economía.

Cada uno de nosotros tiene una personalidad distinta, la cual es importante conocer y prestarle atención, pues puede llegar a afectar tu salud financiera y la relación con tu familia o pareja.

A continuación te presentamos las distintas personalidades financieras y algunas debilidades y fortalezas de cada una.

  1. Temeroso

En este tipo de personalidad financiera se enmarcan aquellas personas que se preocupan por su seguridad económica y la de sus familiares. Son personas que huyen de la escasez, por lo que racionalizan sus gastos y, ante todo, priorizan el ahorro. De hecho, no suelen tener tarjetas de crédito ni otro tipo de productos financieros que les puedan hacer perder el control de sus gastos.

Es importante que establezcan metas y objetivos puntuales las personas que se identifican con este tipo de personalidad, ya que de nada sirve acumular dinero sin tener un horizonte claro. Si bien el ahorro es indispensable para las finanzas de cualquier individuo, hay que disfrutar del dinero mediante un gasto responsable e inteligente.

  1. Analítico

Son personas que racionalizan el gasto aún más que los temerosos. Evalúan mucho los pros y los contras de una inversión, y muchas veces pierden grandes oportunidades por no arriesgarse. Su motivación está más relacionada con el miedo a caer en una mala operación que con la avaricia.

Es importante que sean menos controladores, más seguros en sus decisiones y decididos al momento de comprar, vender o invertir, ya que pueden perder excelentes oportunidades por temor a tomar riesgos y equivocarse.

  1. Derrochador

Este es el tipo de persona que se corresponde con quienes no permiten que a sus amigos les falte una copa en la mano. Cuando salen, se hacen cargo de pagar las rondas sin pararse a pensar en que lo mismo no tienen capacidad para asumir tanta invitación. Son grandes amigos de las tarjetas de crédito y esto les lleva a terminar con muchas deudas.

Lo mejor para esta personalidad financiera es empezar a tener conciencia sobre el uso de las tarjetas de crédito. Una buena táctica es no llevar las tarjetas de crédito o solamente llevar una y dejar las otras en casa cuando se va a ir de compras. Al momento de realizar una compra es necesario que evalúen si es necesaria y si se justifica el incurrir en pago de intereses por su adquisición.

  1. Impulsivo

Son precipitados en sus acciones y por lo general recurren al gasto cuando la frustración y la depresión los invaden. La ansiedad los lleva a tomar decisiones más emotivas y menos racionales, y suelen gastar elevadas sumas de dinero gracias a que siempre tienen consigo sus tarjetas de crédito. Justifican sus gastos con frases como “me lo merezco”, “para eso trabajo”, “es un gustico”, etc., pero al final de cada mes viven quejándose de lo precarios que son sus ingresos.

Lo más favorable para este tipo de personas es realizar deducciones automáticas con fines de ahorro para evitar que todo el dinero recibido por ingresos sea destinado al consumo. También es recomendable tener una cuenta de ahorros destinada únicamente a este fin y no mezclarla con el dinero que se va a utilizar mes a mes para cubrir los gastos estipulados dentro del presupuesto.