Planear nuestro retiro es, sin duda alguna, la meta financiera más importante. Pensemos por un momento: una persona que comienza su vida laboral a los 25 años, tomando en cuenta la edad de retiro (65 años), trabajará durante aproximadamente 40.

Ahora bien: la esperanza de vida actualmente ronda los 85 años, lo que significa que vivirá apróximadamente 20 años retirada, sin generar ingresos.

Por eso es importante comenzar a ahorrar desde que empezamos a trabajar: tenemos que juntar, como mínimo, el dinero suficiente para vivir sin ingresos durante 20 años. Afortunadamente, esto no significa guardar la mitad de lo que ganamos para esta meta: se requiere mucho menos, pero invertirlo de manera inteligente.

El retiro pudiera parecerte una etapa muy lejana y de la cual no debieras preocuparte, sin embargo, las estadísticas demuestran que cada vez vivimos más, y establecer un plan para alcanzar tu independencia financiera te permitirá garantizar una vejez más tranquila.

Estos son los elementos que son fundamentales al momento de comenzar a realizar tu plan para el retiro:

  • Edad a la que iniciarás el plan financiero para el retiro.
  • Edad a la que te retirarás (este dato te permitirá identificar cuántos años te hacen falta para alcanzar esta etapa).
  • Esperanza de vida: estimación de cuántos años aproximadamente vivirás.
  • Gasto: monto de dinero que requieres para vivir actualmente.
  • Gasto futuro: monto con el cual consideras que puedes vivir en el futuro.

Además, debes considerar cuáles son las necesidades en el retiro. Esto esencialmente consiste en estimar el ingreso mensual o anual que necesitaremos para vivir cómodamente en nuestros años dorados.

El segundo paso para planear nuestro retiro es calcular la cantidad de recursos que necesitaremos para financiar este retiro, es decir: cuántos años viviremos.. A esa esperanza de vida que tomemos, tendremos que restar la edad a la que nos pensemos retirar.

Recuerda que para mantener el estilo de vida que tienes actualmente al momento del retiro, debes invertir desde ahora reduciendo algunos gastos e incrementando el monto de recursos destinados al ahorro. Posterior a ello, debes tomar la decisión de ahorrar en algún producto financiero específico o, en caso de que tengas cuenta individual, ahorrar de manera voluntaria. Recuerda que si lo dejas a la deriva o como un plan sin llevar a cabo puede llevarte a no lograr tu objetivo.