Cuando escribí esta nota sobre la importancia de hacer un testamento, no pude dejar de pensar en los terremotos que hace días azotaron algunas regiones de nuestro país.
Es cierto que el testamento es un documento valiosísimo que nos ayuda a proteger nuestros bienes y destinarlos a quienes nosotros queramos, pero también habla del esfuerzo de toda una vida.
Hay cosas que no se pueden evitar. Desafortunadamente los desastres naturales son una de esas cosas a las que todos estamos expuestos. Ante este hecho pasa por mi cabeza la idea de qué sucedería si yo falleciera. Si eso ocurriera quisiera que mi testamento estuviera en orden para que sea respetada mi voluntad y no dejar desprotegidos a mis seres queridos.
Cada vida es una historia. Una historia de éxito, de equivocaciones, de esfuerzo, e incluso hasta de fracasos. La vida nos es nada fácil, es cierto, pero cuando se vive con muchas ganas y deseos de superación, las recompensas llegan solas. No sólo hablo de aspectos emocionales, también me refiero a logros materiales: tu independencia, tus muebles, tu carro, tu casa… ¿Recuerdas lo feliz que te sentiste cuando te entregaron tu primer carro?
Ese largo camino que has recorrido en tu vida debe quedar protegido. Debemos anticiparnos a los imprevistos de cada día (los terremotos pasados fueron una prueba de ello) para que cuando algo ocurra no estemos desprotegidos y no dejemos expuestos a nuestros hijos y/o familiares.
El testamento es un documento que lleva implícita tu voluntad y con ella brindas protección y seguridad a ti y a las personas que quieres.
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