La idea es que tu Fondo sea por el monto que te haga sentir tranquilo y que, ante cualquier imprevisto, puedas cubrir los gastos que éste implique, así como los cotidianos. Aunque no hay acuerdo general sobre la cantidad que debe conformar tu fondo, la recomendación es que con él cubras de tres a seis meses de tus gastos. Registra los gastos fijos que tienes en un mes. Enfócate en lo básico como alimentación, transporte, servicios (luz, agua, teléfono). Con esto, te darás una idea de cuánto necesitas mensualmente para vivir.

Antes de definir una cifra:

  1. Piensa en tu situación familiar: si otras personas dependen económicamente de ti, si tú eres el único que aporta al ingreso del hogar o más de un integrante lo hace.
  2. Establece cuánto es tu fondo de emergencias e incluye en tu presupuesto una aportación mensual para lograrlo.
  3. Debes acceder a tu fondo en el momento en que lo necesites. Puedes contratar una cuenta de depósito en una institución financiera autorizada para este propósito, si bien no te ofrecerá los mejores rendimientos, sí te dará liquidez. No debes dejarlo en instrumentos financieros a ciertos plazos, pues en caso de que lo requieras no lo podrías retirar, o en su caso, te penalizarían con una comisión por retirar tu dinero antes de tiempo.

Si usas este fondo como tu caja chica cada vez que no alcances a terminar la quincena, jamás lo lograrás. ¡Sé constante y no desistas!