Según una encuesta elaborada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 87% de los jóvenes mexicanos no tiene ahorro para el retiro, y el 61% no ha pensado en ese tema. Los datos evidencian un desconocimiento de la educación financiera en la juventud mexicana, una falta que a largo plazo resulta gravísimo tanto en la economía personal como en la familiar.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Población y sus Proyecciones de Población 2010-2050, de seguir la tendencia demográfica actual se sumarán 32 millones de mexicanos para el 2050, para un total de 150 millones. A esto sumemos que la esperanza de vida seguirá en aumento para ubicarse en casi 80 años. En tanto, la población más joven del país, con edades de entre 12 y 29 años, alcanzará los 37 millones de personas, lo cual representará más de un tercio de la población total.

La educación financiera es definida por la OCDE (2005) como el proceso a través del cual los usuarios financieros mejoran su comprensión de los productos, conceptos y riesgos financieros, desarrollan habilidades para ser más conscientes de los riesgos y oportunidades financieras, realizan elecciones informadas y adoptan acciones para mejorar su bienestar financiero.

La educación financiera comprende tres aspectos clave:

  1. Adquirir un conocimiento y una comprensión en materia de finanzas.
  2. Desarrollar competencias en ese ámbito; es decir, tener capacidad para utilizar los conocimientos en beneficio propio.
  3. Ejercer la responsabilidad financiera; es decir, llevar a cabo una gestión adecuada de las finanzas personales realizando elecciones informadas con conocimiento de los riesgos asumidos.

La importancia de la educación financiera no se limita a las personas mayores, sino que también es necesaria para los jóvenes, que ya son, o van a serlo pronto, usuarios de servicios financieros. El adquirir hoy conocimientos financieros tiene una serie de ventajas para su vida futura. Hoy día existe conciencia de que la educación financiera tiene que comenzar lo más pronto posible y, preferiblemente, ser incorporada en los planes de estudio.

Recuerda, para este tema no hay edades y entre más pronto se pueda inculcar a los hijos será mucho mejor.

 

Fuente: INEGI y UNAM